Fin del Título 42: los migrantes que corrieron para entrar a Estados Unidos antes de que expirara (y lo lograron)
Las horas estaban contadas y era una carrera contra el tiempo.
El gobierno de Estados Unidos había anunciado un cambio en la política respecto a los migrantes que llegan a su frontera a partir de las 23.59 de este jueves 11 de mayo (hora del este del país), y muchos temían que después de ese momento las posibilidades de entrar serían menores.
Del otro lado del muro conformado por enormes vallas de metal y alambres de púa, está Ciudad Juárez, en México. De este, la pacífica El Paso, Texas. Alrededor, montañas que muchas veces son el difícil camino escogido para eludir a las autoridades y pasar de América Latina al gran vecino del norte.
“Me sugirieron cruzar por acá, por Ciudad Juárez, y con lo que tenía ahorrado llegué y crucé para no quedarme en México, para estar acá antes del vencimiento del Título 42”, cuenta Franklin, un venezolano de 19 años que comenzó su travesía el 5 de marzo desde Valera, estado Trujillo, y que vio su fin a la 1 de la madrugada del miércoles 10 de mayo.
El Título 42 es la política que ya venció. El Título 8 es la nueva. Ambos son reglamentos duros para quienes se presenten en la frontera y pidan asilo.
“Las fronteras no están abiertas”, insiste la Casa Blanca, un mensaje que no llega a Ciudad Juárez ni a los países de donde parten miles de migrantes.
Como tantos otros, Franklin cruzó por un área alejada de El Paso donde no hay muro y no fue interceptado por autoridades ni de un lado ni de otro. Era su quinto intento de llegar a Estados Unidos.
Otra forma en la que los migrantes trataban de pasar era eludir a los agentes fronterizos mexicanos, atravesar los pocos metros del río Bravo que separa a ambos países y entregarse ante las autoridades estadounidenses, que en algunos casos les tomaban los datos y los conducían a albergues. En otros, los rechazaba.
Ese fue el caso del joven venezolano en los cruces anteriores.
“Estaba en la frontera de Matamoros, Tamaulipas, e intenté entregarme cuatro veces porque me estaban amenazando los cárteles, me quemaron las carpas, y las cuatro veces me regresaron”, relata.
Franklin dice que en el trayecto, además, le robaron su dinero y pertenencias, lo que hizo más difícil la travesía. Pero ya llegó a El Paso, ciudad soñada tras semanas de trayecto.