DENTRO DEL BAÚL, EL ÉXITO DE JUAN MANUEL MANRIQUE
Se dice que es complicado vivir del arte o que no es para toda la vida, pero para Juan Manuel es un reto solo para valientes. Con 25 años ya redactó una obra de teatro conmovedora que hace derramar lágrimas hasta al corazón más duro y ya es todo un clásico en el teatro arequipeño. Con el título de “El niño baúl”, la composición de la genialidad de Juan Manuel Manrique busca crear conciencia sobre el alzheimer y cómo un niño enfrenta dicha enfermedad desde su inocencia. En esta ocasión la joven promesa del teatro arequipeño levanta el telón de su obra y cuenta lo que hay detrás de su obra.
Buenos días Juan Manuel, me dijeron que llenaste el teatro este jueves, ¿a que crees que se deba el éxito de tu obra?
- Buenos días, estoy muy feliz del alcance que está teniendo mi arte. Considero que mi obra destaca porque a medida que se va desarrollando la trama de manera direccional también se desarrolla una conexión especial con el público. Cada vez que la presento me esfuerzo mucho en que disfruten y se conmuevan con lo que están viendo.
Ahora ya eres un actor consolidado, pero ¿cómo empezó tu interés por todo esto del teatro? ¿Siempre quisiste ser actor?
- La verdad es que no, cuando estaba en el colegio admiraba mucho a Alan García como orador, independientemente de todo lo que se le inculpaba. Y por esa admiración soñaba con ser político y tener mi propio partido. Sin embargo, un día de clases trajeron como invitado a un director de teatro a quien conocí como Tito, y estuvo en mi colegio un tiempo enseñando clown, me interesó mucho y a diferencia de otros talleres él me enseñó a conectar conmigo mismo, mis miedos. Y allí es que cree a mi personaje, Pepo, el niño del baúl. Para eso yo tendría unos 12 años, luego le perdí el interés y lo volví a poner como un objetivo cuando iba a terminar la secundaria.
¿Y al compartir eso con tus padres qué pensaron?
- Ellos siempre han sido muy abiertos con eso, hacen lo que les hace felices, me dijeron que si esa era mi decisión siempre tratará de ser el mejor. Pero ellos viajaban mucho, y entonces quien se hacía cargo de mi era mi abuela Teresa, era muy seria pero me quería y también me apoyó. Entonces comencé a asistir a talleres de teatro de 9 de la mañana a 9 de la noche, era complicado pero me apasionaba.
¿Cuánto tiempo duró esa formación?
- Alrededor de unos 3 años, donde me pasaron al grupo con los más experimentados y aprendí mucho de ellos. Pero sentí el llamado de Dios a los 19 años y me inscribí en un seminario. Allí me sentía feliz, organizaba obras de teatro dentro y mis compañeros y superiores estaban a gusto conmigo. Al culminar el primer discernimiento a fines de enero, el superior se despedía de todos con un “nos vemos el 17”. Sin embargo, de mi se despidió con un “vas a ser un gran actor”, no regresé y me dediqué de lleno a la actuación.
¿Y qué te inspiró a escribir “El Niño del Baúl”?
- El recuerdo de mi abuela, siempre tenía muy presente ese gesto suyo de buscar sus cosas en el cajón que tenía, no dejaba que nadie más busque en sus cosas. En la obra Pepo se esconde en el baúl de su madre fallecida con alzheimer porque piensa que va a volver y va a revisar sus cosas y entre ellas lo va a encontrar.
¿Tu abuela tenía alzheimer?
- Afortunadamente no, pero en su diagnóstico médico nos advirtieron que podía desarrollar esa enfermedad a medida que sus células se continuaban degenerando.
¿Cómo fue el estreno de la obra?
- Todo pudo darse gracias al apoyo de la municipalidad que por el 2019 buscba promover la cultura. Avisaron del estreno de mi obra, fue gente y se dió ingreso libre. Poco después del eso mi abuelita falleció, fue un duro golpe para mi y ya no quise seguir interpretando la obra.
¿Qué te hizo cambiar de parecer para que hoy en día podamos seguir disfrutando de tu obra?
- Realmente mi deseo por seguir haciendo teatro y continuar creando conciencia de lo que es el alzheimer. Por mi desmotivación me fui a Moquegua a empezar de nuevo, tuve la oportunidad de presentar una obra y la única que tenía lista era “El Niño del Baúl”, entonces lo hice y fue todo un éxito, entonces entendí que era algo que tenía para compartir con todos.
¿Hasta cuándo te proyectas a seguir siendo el niño del baúl?
- No sabría decirte exactamente pero no me veo siendo Pepo de anciano. Cuando sienta que no pueda seguir actuando espero seguir formando a nuevos jóvenes actores, cómo lo hago con mis chicos del Teatro Fénix. Pero de momento hay Pepo para rato, y espero seguirla llevando a más sitios del Perú y si es posible hasta otros países.
Por: Renzo Patiño