EL ARTE DE SER PAYASO: LA TRAYECTORIA DE GIANCARLO NAVARRETE ROSSI

En la víspera del Día del Payaso Peruano, tuvimos la oportunidad de conversar con Giancarlo Rafael Navarrete Rossi, un experimentado instructor de la Oficina de Promoción de Arte, Cultura, Deporte y Recreación – OPACDR. Con 24 años de payaso , Giancarlo ha dedicado su vida a transformar la comedia en una herramienta para la educación y el crecimiento emocional.

Para Giancarlo, el payaso es mucho más que un personaje cómico. Es un actor capaz de adoptar diversas facetas, desde animar una fiesta infantil hasta participar en obras de teatro absurdo o humor negro. A diferencia del payaso como personaje, el teatro clown se basa en una técnica teatral que incorpora excentricismo, juego y una mirada observadora y mimética.

Estos principios, según Giancarlo, son útiles no solo en el escenario, sino también en el ámbito educativo y psicológico.
Giancarlo recuerda con nostalgia sus inicios a los 7 años, cuando realizó su primera fonomímica. Esta experiencia, que inicialmente era seria pero que resultó cómica, fue el punto de partida de su pasión por el clown. Su primer contacto con payasos profesionales en un circo consolidó su decisión de dedicarse a este arte, una aventura que ha durado 24 años.

Además, Giancarlo ha escrito un cuento infantil, “La historia de un payaso”, con el objetivo de enseñar a los niños la importancia de luchar por sus sueños y ser resilientes.
En cuanto a las habilidades esenciales para un buen payaso, Giancarlo subraya la importancia de la corporalidad, la observación y la originalidad. Para él, un buen payaso debe comunicar a través de su cuerpo, ensayar constantemente y desarrollar un estilo propio en lugar de copiar a otros.

La observación de detalles cotidianos es crucial para transformar esos elementos en comedia, y la formación en técnicas teatrales y comicidad es fundamental.

La evolución del payaso peruano ha sido significativa. Giancarlo menciona que antes se utilizaban maquillajes rudimentarios, pero con el tiempo, estos han evolucionado y se ha mejorado la profesionalización del payaso. Aunque todavía faltan escuelas dedicadas exclusivamente a la formación de clowns, se han desarrollado cursos y capacitaciones que han contribuido a esta evolución.

A lo largo de su carrera, Giancarlo ha aprendido valiosas lecciones de vida. La perseverancia es una de las más importantes; nunca rendirse, incluso en las situaciones más difíciles. Ha desarrollado un profundo amor por su público y sus alumnos, basado en un sentimiento auténtico. La humildad también es crucial para aceptar que siempre hay algo nuevo que aprender y mejorar.

Al final de la entrevista, Giancarlo ofrece un consejo a los jóvenes aspirantes a payasos. Aunque el arte no siempre es económicamente fructífero, les recomienda que sigan sus sueños y estudien tanto las artes como otras carreras. La formación artística es esencial, y ahora existen más oportunidades de capacitación, incluso en el extranjero. Profesionalizar el payaso y tomarlo como parte integral de las artes teatrales es el camino a seguir.

La historia de Giancarlo Rafael Navarrete Rossi es un testimonio del poder transformador del arte del clown. Su dedicación y pasión no solo han llevado alegría a innumerables personas, sino que también han contribuido a la educación y el bienestar emocional de su comunidad. Giancarlo nos recuerda que, detrás de la sonrisa de un payaso, hay una profunda comprensión de la vida y un compromiso inquebrantable con la alegría y el bienestar de los demás.

Redactado por: Eduardo Gamero

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