DERROTA ANTE CANADÁ: ENTRE LA DESILUSIÓN Y LA ESPERANZA

Artículo de Opinión.

La selección peruana, dirigida por Jorge Fossati, sufrió una dolorosa derrota por la mínima diferencia frente a un equipo de Concacaf. El partido, que se jugó con gran intensidad, cambió por completo tras la irresponsable acción de Miguel Araujo, quien fue expulsado, dejando a Perú con 10 jugadores. A pesar de un primer tiempo prometedor que llenó de ilusiones a los hinchas, el equipo peruano terminó obteniendo el resultado de siempre: una derrota.

Esta derrota deja a Perú con un solo punto y las ilusiones completamente destruidas, a falta de jugar contra Argentina. La selección no pudo imponerse a un equipo que, a pesar de ser de la Concacaf, mostró mayor solidez. Con 11 jugadores, la victoria ya parecía complicada, pero con 10 se convirtió en casi un inalcanzable.

Lamentablemente, ver a Perú perder en partidos claves se ha vuelto una constante. A pesar del apoyo y el entusiasmo de los hinchas peruanos en Kansas y en cualquier ciudad del mundo, los resultados positivos son escasos. Este partido no fue la excepción, y Perú volvió a caer en una competencia crucial.

La gestión de Fossati ha sido duramente criticada, especialmente por su decisión de apostar por jugadores como Cristian Cueva y André Carrillo, quienes no han mostrado su mejor nivel en los últimos tiempos. Carrillo, en particular, tuvo una actuación muy cuestionable, ingresando al campo sin mostrar la entrega necesaria para un partido de esta importancia.

Perú generó muy pocas ocasiones claras de gol. En el medio campo, la actuación destacada de Cartagena no fue suficiente para compensar la falta de rendimiento de otros jugadores clave. La selección mostró un fútbol desordenado y sin recursos, lo que dejó al equipo mal parado en varias ocasiones.

Más allá de los errores puntuales y las decisiones técnicas, el problema del fútbol peruano parece ser más profundo. La salida de Ricardo Gareca y la gestión de Agustín Lozano han dejado a la selección en una situación crítica. La falta de inversión en un cuerpo técnico de calidad y en la formación de nuevos talentos ha mermado las posibilidades de la selección peruana.

Perú enfrenta un futuro incierto en la Copa América y en las próximas eliminatorias. Con un equipo que carece de recursos y una dirigencia que no ha sabido mantener el nivel alcanzado en años anteriores, la selección peruana se encuentra en una situación preocupante. A pesar del apoyo incondicional de la afición, la realidad es que falta mucho por mejorar tanto en el campo como en la gestión del fútbol en el país. La derrota ante Canadá deja un sabor amargo y una lección clara: el fútbol peruano necesita cambios profundos y decisiones valientes para volver a ser competitivo a nivel internacional. Con un pie fuera de la Copa América, la selección peruana deberá replantearse su estrategia y buscar soluciones que permitan recuperar el camino del éxito.

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