EL EPÍLOGO EMOCIONANTE: LA FINAL DE LA COPA AMÉRICA EN EL HARD ROCK STADIUM

En una noche donde la pasión futbolera se desbordó como un torrente incontrolable, el Hard Rock Stadium, con su capacidad para 65,000 espectadores, fue escenario de una multitud que superó ampliamente esta cifra. Hinchas sin boletos intentaron presenciar el espectáculo, generando caos y retrasando el inicio de la final hasta las 8:22 p.m. hora colombiana. Lo que debía ser una celebración del deporte rey se transformó por momentos en una escena caótica, acaparando titulares a nivel mundial y dejando una huella negativa en el historial de la competencia.

El primer acto de este drama futbolístico, aunque lleno de emociones, careció de goles. Desde el primer silbatazo, Argentina llevó la batuta con una jugada por la banda derecha, culminada por un disparo de Julián Álvarez que rozó el arco de Camilo Vargas. La presión alta del equipo dirigido por Scaloni hizo tambalear a Colombia, que encontró su primer respiro al minuto cuatro, cuando Luis Díaz lanzó un tiro controlado sin dificultades por Emiliano “Dibu” Martínez.

Apenas dos minutos después, Jhon Córdoba, evocando la energía de una canción de Ryan Castro, bajó el balón con el pecho y disparó una volea que se escapó por escasos centímetros del arco defendido por Martínez. En contraste con los pronósticos, Argentina ubicó a Ángel Di María en la banda derecha, obligando a Johan Mojica a una batalla constante con el habilidoso extremo en su despedida de la selección. Al minuto 12, Colombia tuvo otra oportunidad clara desde un tiro de esquina, con Carlos Cuesta cabeceando el balón directamente a las manos seguras del arquero argentino.

La maestría de Di María se trasladó a la banda opuesta, complicando la vida de Santiago Arias. Al minuto 20, Di María desbordó y asistió a Lionel Messi, cuyo remate, desviado por un defensor, terminó en las manos de Vargas. La primera amonestación del partido llegó al minuto 26, cuando Lisandro Martínez rechazó un centro de Richard Ríos solo para ser derribado por Córdoba, quien recibió una tarjeta amarilla, a pesar de las vehementes protestas del técnico Néstor Lorenzo.

La emoción se apoderó de los hogares colombianos y argentinos. Un disparo de Jefferson Lerma al minuto 32, detenido por Martínez, hizo latir los corazones a un ritmo frenético. Tal como se esperaba, la primera mitad fue un enfrentamiento estratégico, donde Colombia dominó la posesión sin lograr vulnerar a un inspirado “Dibu” Martínez, la figura indiscutida de los primeros 45 minutos.

El descanso trajo un respiro para los no tan fanáticos del fútbol, con un espectáculo de 10 minutos a cargo de Shakira, que ofreció un interludio musical antes de que los nervios volvieran a tomar protagonismo en el segundo tiempo.

La reanudación del juego fue eléctrica, con oportunidades para ambos bandos. Arias lanzó un tiro que pasó cerca del arco de Martínez, mientras que Camilo Vargas mantuvo a raya a los atacantes argentinos. Al minuto 50, los hinchas colombianos contuvieron el aliento cuando Luis Díaz fue golpeado en el cuello, aunque afortunadamente el incidente no pasó a mayores y el jugador pudo continuar.

Las jugadas a balón parado se revelaron como el arma más efectiva de Colombia, aunque un cabezazo de Davinson Sánchez sobre el arco de Martínez volvió a ahogar el grito de gol. En el minuto 57, Vargas volvió a lucirse, esta vez ante un disparo de Di María, evitando que el argentino se despidiera con un gol. La intensidad del encuentro subió de tono al minuto 60, cuando Alexis Mac Allister vio la tarjeta amarilla, seguido por la sustitución de un lesionado Messi, quien dejó el campo entre lágrimas y a un hombre legendario en la banca con la impotencia de querer seguir jugando.

El VAR, ausente en momentos cruciales, se convirtió en un protagonista silencioso. En el minuto 72, una controversial jugada entre Mac Allister y Córdoba dentro del área fue ignorada, negando un posible penal para Colombia. La tensión en ambos equipos aumentó, con el miedo a cometer errores paralizando el juego y extendiendo la agonía hasta el tiempo extra.

El epílogo de esta intensa batalla llegó en el minuto 110. Un error en el medio campo permitió a Lautaro Martínez enfrentarse mano a mano con Vargas, y el delantero del Inter de Milán no perdonó, anotando el gol que decidió el partido. Los últimos minutos estuvieron marcados por la polémica y la desesperación, con una última jugada controvertida que el VAR no revisó, sellando el destino de Colombia.

Argentina, con su victoria, se coronó campeona de la Copa América, mientras que Colombia se quedó con el segundo lugar, habiendo ofrecido una lucha digna que hizo vibrar a toda una nación. La noche en el Hard Rock Stadium será recordada no solo por el fútbol, sino por la pasión y el drama que encapsularon la esencia de este deporte.

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