LA LUCHA DE EGOS Y EL SENTIDO DEL PERIODISMO

En la última semana, una disputa pública entre dos figuras del periodismo, Paolo Benza (RoRo Network) y Augusto Thorndike (No Somos Tv), ha captado la atención no solo de los seguidores de estos canales de streaming, sino también de quienes reflexionamos sobre el ejercicio del periodismo. La controversia surgió a raíz de una entrevista que Paolo Benza realizó al expresidente Martín Vizcarra, criticada por Thorndike por considerar que Benza no fue lo suficientemente incisivo en sus preguntas, especialmente dado el historial de presuntos casos de corrupción del exmandatario.
La respuesta de Benza fue clara: defendió su estilo, argumentando que él prioriza la investigación rigurosa y los datos, frente a lo que considera un enfoque superficial de Thorndike, a quien acusó de no aportar investigaciones profundas. Thorndike, a su vez, rechazó estas críticas, recordando sus años de experiencia en el terreno, cubriendo desastres naturales y situaciones de riesgo, lo que, en su visión, valida su enfoque periodístico.
En medio de esta disputa, Christian Hudtwalcker, también de No Somos Tv, optó por mantenerse al margen, subrayando que el periodismo no se define por un único estilo. Para él, lo esencial es la investigación, la verificación de fuentes y la búsqueda de la verdad, ya sea desde una redacción o en la calle.
Esta perspectiva de Hudtwalcker resuena con la idea de que el periodismo es un campo diverso, donde no existe un molde único. Sin embargo, también plantea una cuestión clave: ¿qué define la calidad del trabajo periodístico? Si bien los estilos pueden variar, hay principios inmutables que deben guiar el oficio: la ética, el rigor en el manejo de fuentes y la capacidad de transmitir hechos veraces.
La disputa entre Benza y Thorndike pone de manifiesto algo más profundo que una simple diferencia de estilos: la constante batalla de egos que suele surgir en esta profesión. En el periodismo, como en otros campos, el reconocimiento público puede alimentar la competitividad y la sensación de superioridad sobre otros colegas. Sin embargo, es fundamental recordar que el periodismo no es una competencia para determinar quién tiene más experiencia o quién realiza un trabajo “más auténtico”.
El ego desmedido en el periodismo no solo genera divisiones internas, sino que también puede llevar a desviar la atención del verdadero propósito de la profesión: servir al público con información precisa, oportuna y útil. Como menciona Hudtwalcker, cada periodista tiene su estilo y enfoque, pero eso no debería ser motivo para menospreciar o desacreditar el trabajo de otros.
Finalmente, el comentario de Hudtwalcker sobre la soledad en el periodismo –”solo tenemos dos amigos, los que tenemos colgados entre las piernas”– invita a una reflexión adicional. Si bien es cierto que esta profesión puede ser exigente y, en ocasiones, ingrata, no debemos romantizar una visión aislada del periodista. El trabajo colaborativo, el intercambio de ideas y la construcción de relaciones sanas dentro del gremio son igualmente importantes para el desarrollo de la profesión y para enfrentar los retos éticos y prácticos del mundo moderno.
Más allá de la pugna de egos, el periodismo debería enfocarse en lo que realmente importa: la búsqueda de la verdad, la defensa de la ética y la capacidad de adaptarse a un entorno cambiante sin perder su esencia. Al final, es el público quien evalúa la calidad de nuestro trabajo, no los enfrentamientos entre colegas.
Por: Christian Ccahua Suni