ATIPAQ 2025 premió a 24 emprendimientos tecnológicos, innovadores y sostenibles de todas las regiones del Perú
El Premio ATIPAQ 2025 que seleccionó a 24 emprendedores de todo el país, es una radiografía clara de que el talento peruano es diverso, intergeneracional y profundamente comprometido con la innovación. La primera edición fue una celebración nacional, la premiación a los ganadores del Concurso Nacional de Emprendimiento ATIPAQ 2025, organizado por MISIÓN 3 – Centro de Emprendimiento e Innovación de la Universidad César Vallejo, contó con más de 200 postulaciones. En el evento destacaron iniciativas del sector de inteligencia artificial hasta turismo sostenible, economía circular, agroindustria, salud e industrias creativas.

La ceremonia convocó a autoridades universitarias, emprendedores, docentes e investigadores. Javier Salinas, director nacional de MISIÓN 3, destacó el impacto de la convocatoria “Llegar a las 24 regiones fue un desafío enorme y profundamente emocionante. ATIPAQ demuestra que la innovación no es patrimonio de una sola ciudad sino que está en todo el Perú.”
Por su parte, la Dra Karina Cárdenas, Gerenta General de la UCV, dio un mensaje centrado en la misión formativa de la universidad “nacemos con la primera misión: académica; la segunda misión es investigar; y la tercera misión es generar impacto en la sociedad. Formamos profesionales emprendedores con rostro humano, capaces de resolver problemas reales y construir un país más sostenible.”, mencionó.
La premiación cerró con las palabras del fundador de la UCV, Dr. César Acuña “Cada emprendimiento resuelve un problema y genera desarrollo. No se desanimen: sigan innovando. Estoy seguro de que sus proyectos crecerán, porque detrás de cada uno hay esfuerzo y ganas de salir adelante.”, precisó.
Se premió a 24 proyectos tecnológicos, innovadores y sostenibles
Un país diverso subió al escenario. Uno a uno, los equipos ganadores fueron llamados frente a un auditorio lleno. Sus historias y proyectos reflejan la verdadera diversidad del Perú, todos los proyectos ganadores demostraron que innovar es posible desde cualquier territorio.
Desde Arequipa, la innovación se volvió fuego, pero uno que nace del agua. Hidranix sorprendió con una cocina ecológica que genera llama a partir de hidrógeno verde, una muestra de que el futuro energético es peruano. La capital de Lima estuvo representada por varios rostros: Banquea, una plataforma educativa basada en IA para estudiantes y profesionales de la salud; Acero Lévano, que fabrica herramientas personalizadas como emprendimiento familiar; Creaciones Flores, con muebles modulares pet friendly hechos con materiales sostenibles; Joyería Kilarys, joyería artesanal que combina oro, plata y propósito espiritual; y Explorando Juntos, una plataforma digital de turismo responsable con atención 24 horas.

En Cajamarca, ganó Biopacha Smart que combina drones y sensores para regenerar suelos degradados. El Cusco llevó al escenario una solución digital, WIGO, una plataforma que crea ferias virtuales seguras, promoviendo comercio formal y colaborativo para miles de emprendedores regionales. Desde Amazonas, Café La Colpa, presentó una propuesta que conecta a caficultores directamente con consumidores, elevando el valor de cada grano.
En Áncash, NutriAvo, de la Asociación Ediflor, mostró cómo la agroindustria puede transformarse: cosméticos y alimentos naturales elaborados por mujeres rurales. La sierra de Apurímac con Industrias Sierra Apurímac, presentó yogures griegos y mantequillas artesanales, saludables, ecológicas y con identidad andina. Huancavelica llegó con D’Campo, que transforma paltas de altura en aceites y derivados ecológicos; mientras que en Huánuco, la salud se volvió digital con XRAI, una app con IA para diagnósticos odontológicos a distancia.
El cálido Ica se presentó con dos proyectos brillantes: City Sur Travels, un operador de turismo vivencial sostenible que ofrece rutas personalizadas y box lunch ecológicos; y Dulce Zoe Picaronería, que revaloriza los picarones tradicionales con insumos naturales, envases biodegradables y la pasión de un matrimonio emprendedor.
La selva central, Junín, elevó la nutrición con Kampa, granolas y cafés orgánicos con superfoods andinos. Y San Martín sorprendió con Kawát, que convierte residuos orgánicos en proteína sostenible mediante cría de insectos, una apuesta circular para el futuro. Desde el norte La Libertad apostó por la digitalización con Appcolibri, una aplicación que elimina las colas en instituciones públicas mediante turnos móviles. En Lambayeque, la artesanía se transformó con Joyería Serena, un emprendimiento que combina iconografía regional, sostenibilidad y empoderamiento femenino.
Desde el sur, Moquegua presentó ReGreen Perú, productores de arándanos saludables y accesibles, con fuerte enfoque nutricional y comunitario. En la costa, Piura llegó con Camino, una plataforma logística inteligente que mejora el transporte agroindustrial. En las alturas de Puno, MAMA PATCH emocionó al público con un parche maternal biodegradable que monitorea embarazos sin necesidad de internet, tecnología de salud pensada para realidades rurales.
Al finalizar, Javier Salinas resumió el espíritu de ATIPAQ, “Queremos poner las rieles para que el Perú sea un país innovador. Este concurso no es un fin: es el comienzo de una iniciativa nacional.”


