Las remotas islas paradisíacas en el centro de las tensiones entre China y Estados Unidos en el Pacífico

Los mayores ejercicios militares entre Estados Unidos y Filipinas hasta la fecha concluyeron el pasado jueves.

Habían comenzado solo unos días después de que el ejército chino ensayara un bloqueo de Taiwán, maniobra que Estados Unidos consideró una provocación.

Con las tensiones al máximo en la región, los habitantes de unas pequeñas islas en el norte de Filipinas se sienten atrapados entre dos superpotencias.

En Itbayat, la vida es frágil.

Desde el estrecho de Luzón se levantan los escarpados acantilados de piedra caliza y colinas onduladas que conforman esta pequeña isla en el extremo norte de Filipinas.

Incluso en un día bueno, las fuertes olas en el mar azul zarandean los pequeños botes de pesca que los isleños usan para pescar peces voladores, sus favoritos.

Cerca de 3.000 nativos, pescadores y agricultores de la etnia ivatan han sobrevivido aquí terremotos, tifones y sequías. Pero ahora se enfrentan a una amenaza nueva y diferente.

Sobre la isla que es su hogar pende el riesgo de un conflicto entre Estados Unidos y China, cuyos ejércitos dan pasos cada vez mayores para tomar ventaja en el Mar de China Meridional, en el Indo- Pacífico.

En el centro del problema está Taiwán: las reclamaciones de China sobre esta isla independiente son cada vez más fuertes, incluso cuando el compromiso de EE.UU. de defenderla parece aumentar.

Y las islas Itbayat y Basco, que conforman el archipiélago de Batanes en el norte del país, están justo en la línea de fuego cruzado.

Aunque en el mapa se ven como meros puntos rodeados de océano, su proximidad a Taiwán -está a solo 156 km de Itbayat- las ha convertido tanto en aliadas estratégicos como en vulnerables enemigos.

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