LA INSEGURIDAD CIUDADANA EN PERÚ: UN DESAFÍO URGENTE Y COMPARTIDO

La inseguridad ciudadana se ha convertido en una problemática grave que afecta tanto a la población como a la actividad económica en Perú. De acuerdo con cifras del INEI, en los últimos años, la percepción de inseguridad entre los ciudadanos ha superado el 80%. La creciente violencia, delincuencia y la presencia de mafias organizadas se han convertido en desafíos serios para el país, desbordando las capacidades del Estado.

Es necesario señalar que la responsabilidad de abordar la inseguridad ciudadana recae no solo en el Ejecutivo, sino también en el Poder Judicial y la Fiscalía. Esta última es clave, ya que la labor de la Policía se ve limitada y, en ocasiones, los delincuentes capturados quedan en libertad debido a fallos judiciales.

Durante el mes de diciembre, este problema se ha intensificado, afectando a empresarios de todos los tamaños, desde grandes compañías hasta emprendedores de pequeños negocios. La campaña navideña se ve amenazada por la extorsión a comerciantes en centros comerciales y transportistas que enfrentan restricciones o deben pagar cupos para operar. Además, persiste la impunidad en casos como el asesinato de trabajadores en Pataz, La Libertad, ocurrido a principios de diciembre.

Según la más reciente encuesta de Datum, el 56% de los peruanos cree que la delincuencia aumentará en 2024, lo que refleja una creciente preocupación entre la población. Este escenario, sin duda, no es el regalo de Navidad que esperábamos.

Es imperativo fortalecer la estrategia para combatir la inseguridad ciudadana, proporcionar recursos a la Policía y potenciar las unidades de inteligencia. Además, se requiere un trabajo conjunto con el Ministerio Público y las Fuerzas Armadas. La ley debe estar al servicio de la protección ciudadana, no de aquellos que delinquen.

El Estado tiene la obligación constitucional de garantizar la seguridad de la población. Es hora de poner fin al temor constante de ser víctimas de la delincuencia, la extorsión o la violencia.

Compartir

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *