PERÚ PARAGUAY (0-0): EL RESULTADO QUE DEJA DUDAS

Artículo de Opinión:

El reciente partido de la selección peruana contra Paraguay dejó al descubierto una realidad inquietante: estamos atrapados en el tiempo.

Enfrentamos a Paraguay, un rival de eliminatorias, similar en nivel a los equipos que encontraremos en la Copa América y en las clasificatorias para el Mundial. Este partido, calificado por muchos como “feo” y carente de goles y jugadas vistosas, es en realidad fácil de analizar. La conclusión es clara: estamos hasta el cuello en problemas.

El planteamiento de la selección evidenció nuestra mayor debilidad: la Cueva-dependencia. En el pasado, Cristian Cueva arreglaba partidos con su creatividad y visión de juego. Su ausencia ahora expone nuestra incapacidad para generar ideas y armar jugadas de gol. La falta de renovación y de formación de nuevos talentos nos ha dejado en una posición crítica.

Ver a Guerrero y Carrillo como nuestras “cartas ganadoras” es un síntoma de un problema más profundo. Carrillo, que alguna vez fue el mejor jugador de la selección, ha perdido su brillo jugando en ligas de menor nivel. Guerrero, que solía ser una fuerza imparable, ahora lucha por mantener el ritmo en el campo.

La selección de Fossati enfrenta un dilema. Continuar apostando por los veteranos que han dado todo por la camiseta o arriesgarse a probar con caras nuevas. Si caemos en la Copa América con los mismos de siempre, la crítica será feroz y recordará los errores de la era Reynoso. Sin embargo, caer con una generación nueva podría ser menos doloroso, al menos mostraría una intención de cambio y renovación.

El partido contra Paraguay nos mostró algunas luces, como la solidez de Renato Tapia y una defensa competente, pero también expuso nuestras sombras. Jugadores como Piero Quispe, destinado a ser el reemplazo de Cueva, no lograron brillar. Y figuras como Sergio Peña y Andy Polo no estuvieron a la altura de las circunstancias.

Perú necesita desesperadamente una renovación. Jugadores como Bryan Reina, con buen desempeño en ligas extranjeras, deberían tener más oportunidades. Fossati debe decidir si prefiere aferrarse a lo conocido o arriesgar con nuevas apuestas.

El próximo partido contra El Salvador será una oportunidad para experimentar y buscar alternativas. Pero ganar ese partido no debe engañarnos. La verdadera prueba será en la Copa América, donde enfrentaremos a rivales mucho más fuertes.

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