¿LOS REYES DE LA CHAMPIONS LEAGUE?

Artículo de Opinión:

La UEFA Champions League es conocida por ser la competición donde se enfrentan los mejores equipos y jugadores del mundo. Sin embargo, hay una sensación recurrente entre los aficionados: al final, siempre parece que el Real Madrid termina ganando. No es que el Madrid gane la Champions todas las temporadas, pero siempre están ahí, y cuando llegan a una final, la mayoría de las esperanzas recaen en ellos. Es casi imposible imaginar que el pierdan una final de lo que sea. Para ellos, las finales son como partidos comunes de fin de semana, mientras que para otros clubes, pueden ser el partido de sus vidas.

La obsesión del Real Madrid por ganar la décima Champions League fue un episodio que parece haber ocurrido ayer. Esa ansiada décima llegó y, como si se hubiera destapado una cañería, el Madrid ganó cinco más. Lo que para otros equipos requiere años de trabajo, cantera, inversión y sacrificios, al Madrid le cuesta muy poco. Esta percepción fue evidente en la reciente final contra el Borussia Dortmund. Muchos ni siquiera recordaban que se iba a jugar la final porque, inconscientemente, ya asumían que el Madrid iba a ganar. Esta certeza no es una crítica al Madrid, sino todo lo contrario; habla muy bien de ellos. Han construido una imagen de equipo ganador, una imagen que equipos como Barcelona, PSG, Atlético de Madrid o incluso el Dortmund no han logrado cimentar de la misma manera.

El Real Madrid es como esos boxeadores que, de alguna manera, condicionan a sus rivales a sentirse inferiores antes de que la pelea comience. Este aspecto psicológico es crucial. Un ejemplo claro fue el gol que falló Adeyemi, delantero del Dortmund, en el primer tiempo, tras llevarse a Courtois y fallar con el arco vacío. Frente a cualquier otro equipo, esa jugada hubiera terminado en gol, pero contra el Madrid, el control se fue largo, y el remate salió lento. Ese fallo no solo fue un error técnico, sino también un síntoma de la presión psicológica que ejerce el Madrid sobre sus rivales.

El Dortmund no es un mal equipo, y sus jugadores no son malos. Llegaron a la final por méritos propios, pero en una final, la mentalidad es lo que más importa. No se puede ser “pecho frío” en las situaciones más importantes, y el Madrid ha demostrado repetidamente que en esos momentos, sus jugadores aparecen y marcan la diferencia. El primer gol del Madrid en esa final fue un cabezazo de Carvajal, un lateral derecho, cuando normalmente, estos goles los marcan los centrales o los delanteros.

El Madrid es un equipo que, aunque no siempre tenga a los mejores jugadores en cada posición, sus futbolistas aparecen en los momentos clave. Nacho no es el mejor central del mundo, Carvajal ya no es el mejor lateral derecho y Mendy no es el mejor lateral izquierdo, pero en el momento importante, ellos están ahí. Y aunque tienen jugadores destacados como Bellingham, Vinicius y Rodrygo, lo que realmente les distingue es su capacidad para manejar las emociones y la presión en la Champions.

El golpe psicológico que el Madrid inflige en sus rivales es evidente. Después del primer gol de Carvajal, el Dortmund prácticamente desapareció de la final. A pesar de haber sido mejores en el primer tiempo, no supieron capitalizar sus oportunidades, y eso les costó caro. La presión y la inexperiencia en finales importantes pesaron más que su talento.

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