¿EL PRIMER PASO HACIA LA SOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS DE LA SELECCIÓN?

Artículo de Opinión:

La reciente convocatoria de Matías Succar a la selección peruana ha generado una serie de reflexiones sobre el estado actual del equipo y los desafíos que enfrenta de cara a la Copa América. Esta decisión de Ricardo Gareca, motivada por la falta de contundencia en el ataque peruano en el último amistoso contra Paraguay, nos lleva a cuestionar no solo la composición del equipo, sino también las estrategias que se deben implementar para mejorar su desempeño en la cancha.

No podemos negar que la selección peruana atraviesa por un período de transición y ajustes. Desde la exitosa participación en la Copa del Mundo de 2018, donde logramos cautivar a todos con nuestro juego y entrega, hasta los recientes partidos amistosos donde hemos evidenciado carencias preocupantes, el equipo ha experimentado altibajos significativos. Uno de los puntos más críticos es nuestra incapacidad para generar oportunidades claras de gol, un problema que se ha arrastrado desde hace tiempo y que sigue sin resolverse de manera efectiva.

La convocatoria de Matías Succar, un delantero que no estaba inicialmente en los planes pero que ahora se presenta como una opción emergente, refleja la urgencia de encontrar soluciones inmediatas. Succar, conocido por su desempeño en clubes peruanos y su breve paso por el fútbol europeo, representa una apuesta por revitalizar el frente de ataque. Sin embargo, debemos ser realistas: su historial goleador, aunque modesto, sugiere que no es un goleador nato como podrían ser otros delanteros de renombre internacional.

El problema no radica únicamente en la falta de eficacia de nuestros delanteros, sino en la carencia de creatividad y fluidez en la generación de juego. En el último encuentro, fue evidente que la ausencia de jugadores clave como Christian Cueva afectó nuestra capacidad para conectar el medio campo con la delantera. La responsabilidad de crear oportunidades recae no solo en los delanteros, sino también en los mediocampistas creativos que deben alimentar el juego ofensivo.

Es crucial que la federación y el cuerpo técnico reconozcan estos desafíos y trabajen en soluciones a largo plazo. Esto implica no solo buscar nuevos talentos emergentes como Sucar, sino también desarrollar un plan estratégico para fortalecer el sistema de juego. La continuidad y cohesión entre las líneas defensivas, mediocampo y ataque son fundamentales para construir un equipo competitivo y consistente.

La inclusión de jugadores jóvenes y talentosos debe ir de la mano con la experiencia y el liderazgo de los veteranos, creando así un equilibrio que potencie el desarrollo a largo plazo del equipo. La convocatoria de Matías Succar es un paso en la dirección correcta, pero no es la solución definitiva a los problemas de la selección peruana.

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