Guerra en Ucrania: cómo Alemania consiguió cortar su dependencia del gas ruso en unos pocos meses
Mientras Vladimir Putin cierra los grifos de gas de Europa, Alemania está más preocupada que nadie por las vacaciones de invierno.
Reconociendo que la fuerte dependencia del gas ruso ha amenazado seriamente el motor económico de Europa, las autoridades alemanas se apresuraron a asegurar suministros alternativos. Y, sin embargo, solo unos meses después, los mercados navideños están brillantemente iluminados, con un tímido optimismo y el olor a Glühwein (vino caliente) en el aire. La estrategia apresuradamente inventada de Alemania para prescindir del gas ruso parece estar funcionando, al menos hasta ahora. “La seguridad del suministro de energía está garantizada este invierno”, dijo el miércoles el canciller socialdemócrata Olaf Schulz al parlamento alemán.
Las reservas de gas del país se han llenado parcialmente con compras locas y costosas en el mercado mundial de hidrocarburos. También en la costa ventosa del Mar del Norte de Alemania, los ingenieros acaban de construir su primera terminal de importación de gas natural licuado (GNL) en un tiempo récord.
El GNL es gas natural que se enfría a una forma líquida para reducir su volumen y facilitar el transporte. Luego vuelve a convertirse en gas cuando llega a su destino.
En Alemania, debido a la pesada burocracia, estos proyectos suelen tardar años. Pero las autoridades cancelaron el proceso para que la obra pudiera estar terminada en menos de 200 días.
La parte más importante de la terminal es la Unidad de Regasificación y Almacenamiento Flotante (FSRU), pero aún no se ha asegurado. Una FSRU, esencialmente una embarcación especialmente diseñada que convierte el gas natural licuado nuevamente en forma gaseosa, se alquila por $ 207,259 por día.
Dentro de unas pocas semanas, los petroleros de países como Estados Unidos, Noruega o los Emiratos Árabes Unidos podrían comenzar a entregar carga a Wilhelmshaven. El operador de terminales Uniper, ahora controlado casi en su totalidad por el gobierno alemán, se negó a nombrar a sus proveedores pero insistió en que los contratos estaban vigentes.
Berlín planea construir cinco terminales de GNL más. La mayoría debe completarse dentro del próximo año.
